¿Qué consecuencias puede tener la evolución de la deuda a 30 años tanto de Japón como EEUU?






La evolución de la deuda pública a 30 años de Japón y Estados Unidos tiene implicaciones significativas debido al alto nivel de endeudamiento de ambos países y sus roles clave en la economía global. A continuación, se analizan las principales consecuencias, considerando las particularidades de cada país basadas en información reciente:
Japón
Japón tiene una de las deudas públicas más altas del mundo, con un ratio deuda/PIB de aproximadamente 216,2% en diciembre de 2024. Las consecuencias de esta evolución incluyen:
  1. Presión sobre los rendimientos de los bonos:
    • Los rendimientos de los bonos japoneses a 30 años han alcanzado máximos históricos (alrededor de 2,96%-3,13% en mayo de 2025), lo que refleja una menor demanda y preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal. Esto puede incrementar los costos de financiación del gobierno, ya que Japón depende en gran medida de la emisión de bonos para financiar su déficit fiscal y compromisos de seguridad social.
    • Si los rendimientos siguen subiendo, el servicio de la deuda podría volverse insostenible, especialmente con una población envejecida que aumenta la presión sobre el gasto en pensiones y salud.
  2. Riesgo de crisis fiscal:
    • La situación fiscal de Japón ha sido descrita como crítica, con algunos comparándola con la de Grecia debido a su alto endeudamiento y déficits persistentes. Sin embargo, Japón ha evitado una crisis gracias a su capacidad de endeudarse a tasas bajas (política de tasas cercanas a cero) y a la alta demanda interna de bonos por parte de instituciones nacionales.
    • La estrategia japonesa de financiar déficits invirtiendo en activos de alto rendimiento (acciones y bonos extranjeros) ha generado retornos significativos, pero es arriesgada. Una caída en los mercados globales podría afectar estas inversiones, agravando la situación fiscal.
  3. Impacto en la economía global:
    • Japón posee aproximadamente 1,1 billones de dólares en deuda estadounidense, siendo uno de los mayores acreedores de EE.UU.. Si Japón decidiera vender parte de esta deuda para financiar sus necesidades internas (como sugieren algunos posts en X), podría generar inestabilidad en el mercado de bonos del Tesoro de EE.UU., aumentando los rendimientos y afectando los costos de endeudamiento globales.
    • Una venta masiva de activos estadounidenses por parte de Japón podría debilitar el dólar y presionar los mercados financieros globales.
  4. Estancamiento económico y demográfico:
    • La deuda de Japón está impulsada por una población envejecida (30,2% de la población mayor de 65 años en 2024) y un crecimiento económico cercano a cero. Esto limita la capacidad de reducir el ratio deuda/PIB a través del crecimiento, lo que perpetúa la dependencia de la deuda y políticas monetarias expansivas.
    • La deflación crónica y la baja demanda interna dificultan la recuperación económica, manteniendo la presión sobre el gasto público.
Estados Unidos
EE.UU. tiene una deuda pública que supera los 36,2 billones de dólares en enero de 2025, con un ratio deuda/PIB de aproximadamente 122%. Las consecuencias de esta evolución incluyen:
  1. Aumento de los costos de interés:
    • Los crecientes costos de interés (estimados en 2,6 billones de dólares diarios en 2025) están desplazando otras prioridades de gasto, como infraestructura, educación e investigación. La CBO proyecta que los costos de interés alcanzarán los 13,8 billones de dólares en los próximos 10 años, convirtiéndose en el mayor rubro del gasto federal.
    • A medida que los rendimientos de los bonos a 30 años (cercanos al 4,83% en abril de 2025) aumentan, el servicio de la deuda se vuelve más costoso, especialmente si las tasas de interés suben debido a la inflación o la pérdida de confianza de los inversores.
  2. Riesgo de crisis fiscal:
    • Según el Penn Wharton Budget Model, bajo las políticas fiscales actuales, EE.UU. tiene aproximadamente 20 años antes de que los mercados financieros consideren la deuda insostenible, lo que podría llevar a un incumplimiento (default) con graves consecuencias para la economía global. Un default podría desencadenar una crisis financiera mundial, debilitando la confianza en el dólar como moneda de reserva.
    • La CBO proyecta que la deuda pública alcanzará el 116% del PIB en 2034 y el 172% en 2054 si no se toman medidas correctivas.
  3. Crowding out y menor crecimiento económico:
    • El endeudamiento masivo compite por fondos en los mercados de capital, elevando las tasas de interés y reduciendo la inversión privada en negocios e innovación. Esto puede frenar el crecimiento económico, con la CBO estimando que estabilizar el ratio deuda/PIB podría aumentar el crecimiento económico en 0,1 puntos porcentuales.
    • Cada punto porcentual por encima del umbral del 77% del ratio deuda/PIB reduce el crecimiento económico en 0,017 puntos porcentuales, según el Banco Mundial.
  4. Impacto global y confianza en el dólar:
    • La alta demanda internacional por el dólar y los bonos del Tesoro permite a EE.UU. financiar su deuda a tasas relativamente bajas. Sin embargo, si Japón u otros acreedores importantes (como China) redujeran sus tenencias de deuda estadounidense, podrían aumentar los rendimientos y debilitar la confianza en el dólar como moneda de reserva.
    • Un debilitamiento del dólar podría elevar los costos de importación (como alimentos y energía), contribuyendo a la inflación y afectando el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses.
Comparación y diferencias clave
  • Capacidad de financiación: Japón depende en gran medida de la demanda interna de bonos (bancos, fondos de pensiones, y Japan Post), lo que le ha permitido mantener tasas de interés bajas a pesar de su deuda. EE.UU., por otro lado, se beneficia de la demanda global por el dólar y los bonos del Tesoro, pero es más vulnerable a cambios en la confianza de los inversores extranjeros.
  • Demografía y crecimiento: El envejecimiento de Japón y su baja tasa de natalidad limitan su crecimiento económico, mientras que EE.UU. tiene una economía más diversa y una demografía menos restrictiva, lo que le da mayor capacidad para absorber deuda.
  • Política monetaria: Japón ha mantenido tasas de interés cercanas a cero durante décadas, mientras que la Reserva Federal ha elevado tasas (hasta 3,6% de inflación en 2025), lo que aumenta los costos de endeudamiento de EE.UU..
Consecuencias globales compartidas
  1. Inestabilidad financiera: Un aumento simultáneo en los rendimientos de los bonos a 30 años en ambos países podría generar una cascada de ventas de activos, afectando los mercados globales. Por ejemplo, si Japón vende deuda estadounidense para financiar su déficit, podría desencadenar alzas en los rendimientos de los bonos del Tesoro.
  2. Inflación y presión sobre monedas: En Japón, un yen más fuerte podría aliviar la presión de los precios de importación, pero en EE.UU., un dólar debilitado podría exacerbar la inflación.
  3. Riesgo sistémico: La interconexión entre la deuda japonesa y estadounidense significa que una crisis en uno podría propagarse al otro, afectando la estabilidad financiera global debido a la importancia de ambas economías.
Conclusión
La evolución de la deuda a 30 años en Japón y EE.UU. plantea riesgos significativos, pero con matices diferentes. Japón enfrenta una crisis fiscal potencialmente más inmediata debido a su alto ratio deuda/PIB y problemas demográficos, mientras que EE.UU. tiene más margen de maniobra gracias a la demanda global por el dólar, pero no está exento de riesgos a largo plazo. Ambos países necesitan implementar reformas fiscales (reducción de déficits, aumento de ingresos) para evitar consecuencias catastróficas, como defaults o inestabilidad económica global. La situación de Japón podría tener un impacto más directo en los mercados de bonos estadounidenses debido a sus tenencias de deuda, lo que subraya la importancia de monitorear estas dinámicas.

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