¿Por qué las contraseñas biométricas(cara, huella dactilar) no son tan seguras?
Las contraseñas biométricas, como el reconocimiento facial o las huellas dactilares, no son tan seguras como a menudo se piensa por varias razones:
- No se pueden cambiar: A diferencia de una contraseña alfanumérica, los datos biométricos (cara, huella) son permanentes. Si se comprometen, no puedes "cambiar" tu rostro o huella, lo que los hace vulnerables a largo plazo.
- Falsificación: Los sistemas biométricos pueden ser engañados. Por ejemplo, las huellas dactilares pueden replicarse con moldes de alta calidad, y el reconocimiento facial puede ser vulnerado con fotos, videos o modelos 3D, especialmente en sistemas menos avanzados.
- Almacenamiento y filtraciones: Los datos biométricos suelen almacenarse como plantillas digitales. Si una base de datos es hackeada, estos datos pueden ser robados. Aunque no se guarde la imagen exacta, las plantillas pueden ser explotadas en algunos casos.
- Errores de autenticación: Los sistemas biométricos tienen tasas de error (falsos positivos o negativos). Un falso positivo podría permitir el acceso a una persona no autorizada, mientras que un falso negativo podría bloquear al usuario legítimo.
- Falta de estandarización: No todos los sistemas biométricos tienen el mismo nivel de seguridad. Algunos dispositivos usan sensores de baja calidad o algoritmos débiles, lo que facilita su vulneración.
- Privacidad: Los datos biométricos son sensibles y su mal uso puede llevar a problemas de privacidad significativos, como vigilancia no autorizada o identificación sin consentimiento.
Por estas razones, los expertos recomiendan combinar biometría con otros métodos de autenticación (como contraseñas o PIN) en un sistema de autenticación multifactor para mayor seguridad.
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