¿Por qué no pueden volver los tipos de interés a ser negativos?







Los tipos de interés negativos son una política monetaria extrema en la que los bancos centrales establecen tasas de referencia por debajo de cero, incentivando a los bancos a prestar dinero en lugar de acumularlo, con el objetivo de estimular la economía. Aunque esta medida se implementó en algunos países (como Japón, la Eurozona y Suecia) entre 2014 y 2020, su retorno es improbable en el contexto actual por varias razones económicas, políticas y prácticas. A continuación, explico las razones principales basándome en el panorama económico hasta octubre de 2024 y en principios económicos generales:
1. Inflación elevada y cambio en las prioridades de los bancos centrales
  • Contexto actual: Desde 2022, la inflación global ha sido persistentemente alta debido a factores como la recuperación pospandemia, disrupciones en las cadenas de suministro, la guerra en Ucrania y los aumentos en los precios de la energía. Los bancos centrales, como la Reserva Federal (EE.UU.), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón, han respondido con subidas de tipos de interés para controlar la inflación, que en muchos casos superó el objetivo del 2% (por ejemplo, alcanzó el 9.1% en EE.UU. en 2022 y picos similares en Europa).
  • Por qué no volverían: Los tipos negativos se utilizan en entornos deflacionarios o de crecimiento estancado, donde la preocupación es estimular el gasto y la inversión. Actualmente, la prioridad es combatir la inflación, lo que requiere tipos de interés más altos para enfriar la demanda. Volver a tasas negativas sería contraproducente, ya que podría exacerbar las presiones inflacionarias al incentivar un gasto excesivo.
2. Efectos limitados y riesgos de los tipos negativos
  • Evidencia histórica: Los tipos negativos, aplicados en la Eurozona (BCE con tipos de depósito en -0.5% hasta 2022) y Japón, tuvieron resultados mixtos. Aunque estimularon algo el crédito, no lograron un crecimiento económico robusto ni una inflación sostenida al 2%. Además, generaron efectos secundarios negativos:
    • Compresión de los márgenes bancarios: Los bancos enfrentaron dificultades para obtener beneficios, ya que los tipos negativos redujeron el diferencial entre los intereses cobrados por préstamos y los pagados por depósitos.
    • Ahorro en lugar de gasto: En algunos casos, los consumidores y empresas ahorraron más por precaución, en lugar de gastar, lo que contrarrestó el objetivo de estimular la economía.
    • Distorsiones en los mercados financieros: Los tipos negativos inflaron los precios de activos como acciones y propiedades, aumentando el riesgo de burbujas.
  • Por qué no volverían: Los bancos centrales han aprendido que los tipos negativos tienen un impacto limitado y generan riesgos significativos, lo que reduce su atractivo frente a otras herramientas, como la flexibilización cuantitativa o ajustes fiscales.
3. Normalización de la política monetaria
  • Tendencia actual: Los bancos centrales están en un proceso de normalización tras años de políticas ultraexpansivas (tipos cercanos a cero y programas de compra de activos). La Reserva Federal, por ejemplo, ha mantenido los tipos en un rango de 4.5%-5% en 2024, y el BCE comenzó a recortar tasas desde el 4% en 2024, pero sigue lejos de niveles negativos. Esta normalización busca restablecer un entorno de tipos "neutrales" que no distorsionen los mercados.
  • Por qué no volverían: Volver a tipos negativos implicaría revertir este proceso de normalización, lo que enviaría una señal de pánico económico o deflación severa, algo que no está en el horizonte actual, dado el crecimiento moderado (EE.UU. creció un 2.5% en 2023, Eurozona un 0.5%) y la inflación aún por encima del objetivo en muchas regiones.
4. Resistencia política y social
  • Críticas a los tipos negativos: En el pasado, los tipos negativos generaron rechazo entre los ahorradores, especialmente en países como Alemania, donde se percibieron como una penalización al ahorro. Los bancos trasladaron parcialmente los costos a los clientes mediante comisiones, lo que erosionó la confianza pública.
  • Contexto político: En 2025, con gobiernos como el de Trump en EE.UU. enfocados en políticas proteccionistas y de crecimiento, y con el auge de movimientos populistas en Europa, los bancos centrales enfrentan presión para evitar medidas que puedan percibirse como perjudiciales para los ciudadanos. Los tipos negativos serían políticamente impopulares en un entorno de alta inflación y aumento del costo de vida.
5. Condiciones económicas globales
  • Crecimiento económico: Aunque el crecimiento global es desigual, no hay un escenario de recesión global severa que justifique medidas extremas como los tipos negativos. Por ejemplo, el FMI proyecta un crecimiento global del 3.2% para 2024 y 2025, insuficiente para una crisis, pero no tan débil como para requerir estímulos radicales.
  • Deuda pública y privada: Los niveles de deuda global son altos (alrededor del 250% del PIB mundial en 2024). Los tipos negativos podrían incentivar un endeudamiento excesivo, aumentando el riesgo de inestabilidad financiera si las economías no logran un crecimiento suficiente para sostenerlo.
  • Por qué no volverían: Las condiciones actuales no justifican el riesgo de introducir tipos negativos, ya que el crecimiento moderado y la inflación persistente requieren un enfoque más restrictivo.
6. Alternativas disponibles
  • Los bancos centrales tienen otras herramientas para estimular la economía si fuera necesario, como:
    • Recortes moderados de tipos: En lugar de tasas negativas, los bancos centrales pueden reducir los tipos a niveles bajos pero positivos, como ha hecho el BCE en 2024.
    • Políticas fiscales: Los gobiernos pueden aumentar el gasto público o reducir impuestos para estimular la economía, como se vio en los paquetes de estímulo pospandemia.
    • Comunicación prospectiva: Los bancos centrales pueden guiar las expectativas del mercado para mantener la confianza sin recurrir a medidas extremas.
  • Por qué no volverían: Estas alternativas son menos disruptivas y políticamente más aceptables, lo que reduce la necesidad de volver a los tipos negativos.
Conclusión
Los tipos de interés negativos son improbables en el corto y mediano plazo debido a la inflación persistente, la normalización de la política monetaria, los efectos limitados y riesgos asociados de esta medida, la resistencia política y social, y la disponibilidad de herramientas alternativas. Solo un escenario de deflación severa o recesión global profunda (que no se observa en 2025) podría justificar su retorno, pero incluso en ese caso, los bancos centrales probablemente optarían por otras medidas primero.

Comentarios

Entradas populares